EL MÁRTIR DE LA MADRUGADA, EL JOVEN MOHAMMED ABU KHDEIR -Por Rashad Abu Shawer -Traducido por Jamal Halawa
EL MÁRTIR DE LA MADRUGADA, EL JOVEN MOHAMMED ABU KHDEIR -Por Rashad Abu Shawer – Traducido por Jamal Halawa
Distintos medios de comunicación, durante la tercera semana de marzo del año 2009, han publicado imágenes de soldados israelíes vestidos con camisetas que muestran fotos de niños palestinos muertos y con madres sollozando alrededor de sus tumbas, o de un fusil dirigido hacia un niño o hacia una mezquita derruida por un bombardeo. En otra camiseta se mostraba a una mujer árabe embarazada y con un dibujo de una diana sobre su abdomen con una frase debajo que decía: “con una bala, matas a dos”. Y en otra se había puesto la foto de un niño palestino muerto con su madre llorando a su lado y con una frase debajo que decía: “era preferible usar un condón”.
El viernes 4 de julio del 2014, al medio día, y en un solmene y abarrotado funeral, se acompañó al féretro del joven mártir Mohammed Husein Abu Khdeir desde la casa de su familia, para ser enterrado en el cementerio del barrio donde nació y vivió hasta la madrugada del primero del mes de ramadán. Ahí fue secuestrado por unos colonos que le llevaron hasta un bosque en Deir Yasin, le torturaron hasta saciar su sadismo y le quemaron vivo. Quienes secuestraron a Abu Khdeir no son un grupo de anómalos colonos, no. Os ruego que releáis de nuevo la información que escribí al principio de mi artículo, reflexionar bien. Sé bien que sabéis la respuesta a esta pregunta: ¿qué es la entidad sionista y cuál es su cultura y su ética?
Lo que han cometido los canallas de los colonos no es más que una traducción de la cultura de los soldados de la entidad sionista y de las bases sobre las cuales se fundó. El propio fundador sionista Herzl, en su libro El Estado Judío, escribió todo lo que supera en ideas a los fascistas y a los nazis. Su racismo anti árabe en Palestina no es más que un programa de genocidio al que siguen los sionistas de la entidad, empezando por sus dirigentes, ejército y aparatos de seguridad cuya misión es la aniquilación, la erradicación de los palestinos y el apretujamiento de miles de ellos en presidios que roban sus vidas.
El crimen del asesinato de Abu Khdeir no es una reacción al asesinato de tres colonos, puesto que los colonos agreden a diario a los ciudadanos palestinos, matan, cortan caminos, destruyen campos de cultivo, arrancan olivos, contaminan el agua y reparten el terror en todas partes de Palestina…y el mundo mira. Las resoluciones de NNUU y su Consejo de Seguridad no tienen valor ni peso, ni persuaden a una entidad descontrolada y sostenida por EEUU en lo político, militar y financiero y, al que EEUU protege con su continuo veto a cualquier condena en su contra, impidiendo cualquier castigo, con muy pequeño que sea, contra su aliado.
El asesinato por parte de los colonos de Abu Khdeir y tirar su cadáver ardiendo por los bosques de Deir Yasin es un acto intencionado, estudiado y lleva mensajes, el más destacado: ¡tal como hicimos y matamos a decenas de vosotros en Deir Yasin, os mataremos y os quemaremos para que huyáis del país!
El mensaje ha llegado, y ha sido enviado después de una frenética campaña en la prensa sionista, donde competían los dirigentes de la entidad sionista entre ellos a ver quien expectoraba más rencor contra los árabes palestinos y, donde los rabinos incitaban a matar a los palestinos, a expulsarles, a expropiar sus tierras y a construir más asentamientos.
Es una entidad racista, descontrolada, establecida sobre falsedades y falsificaciones y, sobre la fuerza bruta. Fue apoyada en la etapa de su fundación por el RRUU, después fue criada bajo el patrocinio de EEUU sin que se ausente el apoyo continuo británico y francés…y no olvidemos las indemnizaciones alemanas que soportaron a esa entidad y la puso de pies. Y no fue tan solo un soporte financiero, puesto que los alemanes les apoyaron con tanques, submarinos y con armas cualitativas que fueron utilizadas para asesinar a los palestinos.
Los palestinos no se acobardaron, recogieron lo que quedó del cadáver de su joven mártir y caminaron por miles: ancianos, jóvenes, señoras y jovencitas…todos bajo un sol ardiente, y todos haciendo el ayuno de ramadán, aun así, las gargantas gritaban ira que las piedras supieron expresarla en combates con las unidades de fuerzas de ocupación en las calles de Jerusalén, en sus barrios como el barrio de Shofat, y muy cerca de donde fue sepultado el mártir de la madrugada Mohammed Abu Khdeir.
Los monstruosos colonos arribados desde las oscuridades de la historia, inyectados con las ideas más decadentes, más repugnantes, negras y tenebrosas, pensaron que su crimen iba a agitar la confianza de los palestinos en sí mismos y en su derecho sobre Palestina, entonces llegó el mensaje palestino en forma de unidad sobre el cuerpo de su mártir, desde la Palestina profunda en el territorio ocupado en 1948, pasando por Jerusalén y las ciudades de Cisjordania, hasta Gaza y los campamentos de refugiados en el Líbano y las comunidades palestinas en Europa y allá donde se encuentren los palestinos alrededor de todo el mundo.
Las palabras que se repitieron son más nítidas que en otras ocasiones: ¡No hay paz con los asesinos! ¡Oslo ha muerto! ¡No hay más opción que la resistencia!
La matanza de Deir Yasin cometida por las bandas que fundaron la entidad sionista no consiguió matar la voluntad del pueblo palestino, pues el pueblo palestino es como el fuego que se reenciende cuando se piensa que se había apagado, y su revolución se renueva generación tras generación. Es lo que sucede ahora con la generación del mártir de la madrugada Mohammed Abu Khdeir.
Nuestro pueblo palestino distingue entre el amigo y el enemigo, sabe quien está a su lado y quien conspira en su contra y trabaja para liquidar su justa causa. Así pues, no le extraña el silencio de los regímenes de la conspiración que están ocupados en apoyar a los distintos grupos yihado-islamistas al servicio de EEUU, de la entidad sionista y de los mercaderes del petróleo y el gas.
Nuestro pueblo palestino no considera como uno de ellos a aquel que se dirige a luchar con su fusil a un campo de batalla que no sea Palestina, más precisamente, a aquel que se dirige a la Siria Árabe.
Nuestro pueblo palestino está ante una nueva etapa, su opción es la resistencia en todas sus formas y su unidad nacional es su fortaleza y su arma más afilada y la fuerza que le hace invencible ante sus enemigos a pesar de sus salvajismos, y no me refiero a la farsa y miserable reconciliación actual.
Ante el sistemático asesinato sionista, nuestro pueblo escala con su brava resistencia a la que debe proteger, desarrollar y mantener sus orientaciones para resistir cualquier desviación, distorsión, debilitamiento e intentos de circunvalación, aprendiendo de las lecciones de las dos intifadas anteriores que se malograron a cambio de un precio muy bajo, distorsionándolas con unas practicas que las debilitaron y rompieron al introducir en ellas el germen de la destrución.
Por Rashad Abu Shawer
5 de Julio del 2014
Traducido por Jamal Halawa